De congresos y otras cosas.

La semana pasada estuve de congreso, y a diferencia que en ocasiones anteriores, no iba como ponente sino como asistente, así que pude disfrutar tranquilamente de esos tres días sin la carga añadida de trabajar una ponencia.
Bueno, en realidad debo decir que no iba sólo a escuchar, porque como responsable de social media de @GrupoEIP tenía que plasmar en las redes lo que allí pasaba, pero  bueno eso me servía para poner más atención a lo que decían los compañeros que fueron pasando por el escenario del salón de actos de la Facultad de Humanidades de la UNED.
Han sido tres días intensos en los que ha sido un placer escuchar a esos compañeros a los que admiras  profesionalmente y que además tengo el privilegio de tener a algunos  como amigos.
Foto de familia
Congreso internacional el Protocolo Contemporáneo de la UNED
Me ha encantado ver que entre los ponentes no solo había grandes especialistas y profesores de la Escuela Internacional de Protocolo sino antiguos alumnos que ahora se han convertido en referentes de la profesión y que se codean de tú a tú con “los grandes”.  Eso es lo que nos hace sentir #orgulloEIP.
Y aunque hubo muchos grandes, dejadme que me deje llevar por el corazón y diga que para mí los grandes entres los grandes son aquellos a los que tengo la suerte de llamar también amigos y de los que puedo aprender cada día sin tener que esperar a escucharlos en los congresos, pero que dijeron allí verdades como puños de una forma alta y clara. Ellos ya saben quienes son.
Pero además quiero resaltar la lección magistral que nos dieron los “protocoleros” aragoneses (como ellos mismos dicen) que saben aunar rigor con dinamismo. Creo que son la prueba irrefutable de que el trabajo en equipo es la clave del éxito.
De ese congreso también me traigo alegrías personales:  haber visto y notado el cariño de mis antiguos alumnos, y haber desvirtualizado a compañeros con los que compartes cosas sólo a través de las redes,  pero también, haber visto que mi trabajo de hormiguita y silencioso da sus frutos. Y como no, estar con mis compañeros de fatigas y echarnos unas risas juntos. Estos días sin Sergio, María y Marc no habrían sido lo mismo.
El Coro Cantabile celebra su XII aniversario
Y aunque llegué cansada a mi casa el viernes, tenía por delante un fin de semana intenso. El sábado, el XII aniversario de Cantabile, que nos dieron un concierto magnífico, de esos memorables por la calidad y por el sentimiento, en una Iglesia de San Nicolás más abarrotada que nunca y que se llenó de aplausos una y otra vez. Pablo y sus chicos, los chicos y Pablo, son un orgullo para la cultura de mi ciudad que ojalá alguna vez vean reconocido su mérito. Y no hay aniversario sin fiesta, así que después del concierto, disfrutamos de una cena magnífica de toda la #familiaCantabile.

Pero no todo va ser diversión, así que el domingo tocaba recuperar el tiempo perdido y ponerse a trabajar porque era el último día que tenía como plazo para entregar el proyecto final del Máster en Community Management y dirección de redes sociales en la empresa que estaba haciendo. Y digo estaba haciendo, porque aunque con prisas, me dio tiempo a presentarlo, así que ¡labor cumplida! Ahora podré al fin recuperar mi faceta de bloguera.

Tres experiencias diferentes, pero las tres han servido para hacerme disfrutar ¡Cosas de la vida!

P.D.: Los que queráis ver las ponencias del congreso podéis hacerlo aquí

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