Y llegó ese día.

Ya me tardaba, pero al fin, aquí está, al cuarto día.
Creo que muchos estareis de acuerdo conmigo en que tras la vuelta al trabajo, más tarde o más temprano, hay un día en que te das de golpe con la cruda realidad y empiezas a trabajar de verdad a un ritmo desenfrenado. Y no sé porqué, pero siempre viene a mi mente la imagen de esos anuncios de productos lácteos para aumentarte las defensas, en las que sale una mamá trabajadora llevando a los niños al colegio en medio de un día de lluvia para después llegar al trabajo y contestar al teléfono al mismo tiempo que contesta un email y prepara un informe, come una ensalada preparada por ella misma que se ha llevado en un "tupper" (las buenas mamás no recurren nunca a la comida precocinada) para después salir corriendo a llevar a los niños a sus actividades y llegar a casa , preparar la cena, poner la lavadora,etc.
Bueno, la verdad es que no sé si todo esto sale realmente en el anuncio del producto lácteo pero sí me ha venido esa imagen a mi cabeza, y a pesar de que mi hija aún no ha empezado el cole ni las actividades extraescolares, hoy desde las 9.00 hasta las 13.00, me hubiera gustado ser el pulpo (en realidad, la pulpa) que aparece en otro anuncio, esta vez sí, de un ambientador, que sale haciendo varias cosas a la vez gracias a sus 8 brazos.