Aquel día


Hace cinco años, yo trabajaba en esa ciudad y recorría sus calles tranquilamente. El destino quiso que en aquel entonces yo siempre me apeara una estación antes que en la que ocurrió todo (Próxima estación: Recoletos) y que aún así ese día yo eligiera el autobús en vez del tren de cercanías. Y de repente, al llegar a Plaza de Castilla, los teléfonos ya no tenían cobertura. La gente empezaba a decir algo de unas bombas pero todo era bastante confuso. Llegué a mi destino y me enteré de todo. Todo parecía una pesadilla. Peor, porque era real. Cuando volvía a mi casa en autobús de nuevo, me acuerdo de mi sorpresa por ver la cola de gente esperando para donar sangre, del control policial en el autobús, de la cara de estupor de la gente y del silencio que reinaba entre las sirenas de las ambulancias y la policía.
Meses más tarde por un cambio de sede de mi trabajo, mi estación de destino cada mañana y de partida cada tarde sería Atocha. Y recuerdo perfectamente la sensación que me invadió al bajar el primer día del tren. No era miedo. Era una tristeza profunda por las personas que aquel 11 de marzo no se bajaron de un tren como el mío.

Comentarios

  1. ...

    Tremendo. No sé si es el destino, el azar o la suerte.

    Quería agradecerte que me premiaras. Me ha hecho mucha ilusión :)

    Bicos

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  2. Terrible día. Hay muchas historias personales para recordar que hacen referencia a esta fecha. Tenemos esa tendencia a particularizar..., quizás sea una forma de ayudar a expresar el dolor por querer hacerlo más cercano.
    Ese día reventaron siglos de Historia.
    Yo, que todas las mañanas ponía las noticias por radio (y tengo familia en Madrid), no he sido capaz de volver a hacerlo desde hace cinco años.
    Me da miedo encender la radio.

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  3. Es una exageración decir que todos los madrileños perdimos a alguien en aquellos trenes... pero no lo es el que todos sabemos de alguien que perdió familiares o amigos directos en aquel atentado... Yo tampoco olvidaré nunca el despertar de ese día...
    Un supersaludo

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  4. Fue algo terrible, y muy doloroso para todos, qué rabia y qué impotencia. No quiero revivir la indignación, sólo recordar a todas esas personas que murieron y a las que sufren aún por aquello. Y tú, qué suerte, qué bien que todo fuera como fue. Cuando pasan cosas así pienso que tenemos nuestro destino marcado. Un beso.

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  5. 11-M.Unas siglas muy frías y muy cortas para tanto dolor y tanta tristeza, que quedarán para siempre en nuestra memoria, tanto de los que lo vivieron de cerca como los que lo vivimos desde lejos.
    Sólo espero que nunca jamás se vuelva a repetir.

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  6. Gala, fue tremendo sí. Recuerdo que las costumbres de los que nos desplazábamos a Madrid en cercanías cambiaron, porque hasta ese día, la mayoría de la gente aprovechaba el trayecto para dormir, en cambio después todo el mundo iba despierto.
    Inés y Virtu, bienvenidas, esta casa es vuestra.
    SW, quizás sí sea una exageración pero en general así lo sintió la gente.
    Clares, el destino tiene cosas gradables, y otras terribles, como las de estas personas y sus familias.

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  7. ojalá no vuelva nunca más un día como ese... ahora ya vives en un sitio más tranquilo y de menos riesgo... otros siguen más expuestos.

    bicos,

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  8. La hermana de mi cuñado no cogió el tren porque el despertador no sonó, o no lo oyó.
    El caso es que se quedó dormida, y hoy está entre nosotros.
    Fue la primera vez en toda su vida (desde el colegio, universidad y trabajo), que no oyó el despertador y tuvo que ir en coche particular.
    Hoy todavía no se lo cree.

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  9. Un recuerdo tan amargo como imposible de olvidar. Y que NO debemos de olvidar.

    Vivirlo a pie de calle, con el olor penetrante de la tragedia y con las emociones desparramadas, debió de ser una experiencia inenarrable.

    Recuerdo muy bien aquel día, aunque lo viví en la distancia. Atocha siempre ha sido esa estación de bienvenida para quienes procedíamos del Sur de España. Atocha, ahora es la estación que nos reúne a todos y todas: el 11-M y el resto de días del año.

    Saludos. Toni Sagrel.

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