Reunión de padres


Ayer tuve reunión de padres en el colegio de mi hija. A estas alturas de la vida, muchas veces presumo de que ya no me asusto de nada. Pero lamentablemente no es así.
Desde el punto de vista del contenido, la reunión fue como casi todas las reuniones de este tipo. Como se inicia un nuevo ciclo, el profesor se presenta y también explica un poco el planteamiento y los objetivos del curso. Recalca especialmente la importancia de un seguimiento especial en esta etapa por parte de los padres ya que son edades complicadas (comenzamos la ESO, y de los 12 a los 16 ya se sabe que las hormonas están un poco alteradas).
Lo que si me asustó, aunque no me sorprendió, fueron algunos comentarios de otros padres, la poca asistencia (sólo había padres representando a menos de la mitad de los niños) y algunos incidentes que ocurrieron.
Suelo llegar temprano a estas reuniones así que notar la clase medio vacía no me llamó la atención, pero al ver que comenzaba la reunión y aquello seguía igual, sí que me pareció triste. Quizás sólo sea por agravio comparativo, porque en el colegio de mi hija en Madrid, en este tipo de reuniones el profesor siempre tenía que ir a buscar sillas a otras clases porque normalmente acudíamos todos los padres y además, padre y madre. Pero bueno, he de decir, que en palabras de los propios profesores, ese caso era totalmente excepcional, y quizás también porque había muchos hijos de padres divorciados.
Ya había empezado la reunión y una madre abrió la puerta y preguntó si eso era 1ºC. La respuesta fue sí, y entonces entró y se sentó. Cuando el profesor le preguntó el nombre de su hijo, resultó que el niño no pertenecía a esa clase, y la madre no sabía entonces en qué grupo estaba, para terminar medio indignada preguntando “Entonces, ¿los niños con problemas dónde están?” A estas alturas de la película, mis ojos ya estaban como platos, pero encontraba una cierta justificación a parte de los problemas del niño.
Cuando el profesor terminó de explicar todo el planteamiento del curso, nos tocaba el turno de preguntas a los padres. Para resumir debo decir que aunque la mayoría fueron comentarios sensatos, me asusta mucho que a un padre o una madre le pueda parecer excesivo que su hijo tenga que estudiar todos los días, o que el profesor diga que lo primero es estudiar y luego las actividades extraescolares.

No lo puedo evitar, este tipo de situaciones y comentarios me ponen los pelos de punta. Y es que ¡CON LA EDUCACIÓN DE NUESTROS HIJOS NO SE JUEGA!

Comentarios

  1. Ante la pregunta ¿los niños con problemas donde están? Te puedes hacer una idea de donde están los problemas de los niños

    Un saludo

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  2. Pues no estoy muy segura, pero me parece que hay derecho a faltar al trabajo para asistir a estas reuniones.

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  3. Pues Antonio tienes toda la razón, me hago a la idea.
    Y yo también creo que tienes derecho a faltar, pero aunque no fuera así, debería darnos igual. Después pasa lo que pasa.

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  4. Normalmente, en el colegio de mis hijas, cuando hay reunión, no falta nadie. Es raro que vayan padre y madre porque los niños tendrían que quedar solos en casa, y como que no.
    Eso sí, la puntualidad no existe en ningún lado.
    Pero claro, por haber, hay de todo.

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  5. Los padres no van porque muchos pasan.
    El mismo sabado vi algo tremendo. Un niño jugando en el suelo a varios metros de la terracita donde estaban los padres. Era una calle estrecha, por lo que el paso de la gente creaba una barrera entre el niño y los padres. Los padres se alarman un poco al no ver al niño. En el momento en que lo ven le dice el padre: "Fulanito, aqui sentado a mi lado"
    Muy bien señor padre, su hijo sentado amargado a su lado para que usted se pueda tomar la caña con el colega sin hacer puto caso a su hijo, eso si, que el niño no de por culo.
    Si tienes hijos, tomatelo con interes, si no, mejor que no los tengas.

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  6. De tal palo...

    A veces no sé si tengo más ganas de abofetear al hijo o al padre...

    Besos.

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  7. esas reuniones dan mucho de sí si pudiéramos verlas sin que tuviéramos interés personal en ella, hasta nos divertirían incluso, lo malo es que nuestro hijos estudian en esos colegios y comparten mesa con alumnos que son hijos de algunos de esos padres peculiares e invisubles.

    bicos,

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