Mi Aula Virtual


Me dedico a la enseñanza y desde hace un tiempo mis alumnos tienen una herramienta más para ayudarles en su proceso de aprendizaje. Nosotros le llamamos Aula Virtual, pero muchos otros centros le llaman Aula on-line, Campus virtual, o cosas parecidas.
Yo creo firmemente en las ventajas de esta nueva ayuda, porque los alumnos, sobre todo los que hacen sus estudios en la modalidad a distancia, tienen ya desde el primer día toda la documentación informatizada dentro del aula, pueden contactar con sus compañeros aunque no les conozcan, con sus profesores, se pueden hacer tutorías virtuales, exámenes on line, enviar ejercicios y preguntas al profesor, realizar tests de autoevaluación y saber la nota en el momento, los profesores pueden introducir nuevos materiales como conferencias o presentaciones de power-point, así como cualquier tipo de documentos, etc.
Todo eso se realiza gracias a una serie de programas informáticos de los que yo no tengo ni idea de cómo funcionan, pero sí sé y mucho ( y no es prepotencia) de darles contenido a esas aulas virtuales. Es decir, una vez que los informáticos han hecho su trabajo y elaborado un programa que nos permitan introducir nuestros contenidos, es ahí dónde empieza el trabajo de los docentes responsables de ese Aula Virtual.
Cuando un alumno recibe una clave para poder entrar a su campus virtual, todo está preparado para que vea el contenido, pueda realizar un test o un ejercicio. Para que eso sea factible una serie de personas tienen primero que elegir ese contenido, darle una forma y una secuencia y “cargarlo” en ese recipiente informático. Son miles de datos que deben ser introducidos en un tiempo que va desde que el alumno se matricula hasta el primer día de curso. Sólo os voy a poner un ejemplo, cuando un alumno hace un test de un tema en concreto, primero se han tenido que colgar miles, y digo miles sin exagerar, de preguntas con sus 4 opciones de respuesta y haber seleccionado cuál de ellas es la válida. A cada una de esas preguntas hay que asignarlas a uno o varios temas en cuestión y a un curso en concreto. Después ha habido que configurar ese test, (que preguntas son las que elijo y que nombre le pongo), para después asignarlo a un alumno o grupo de alumnos concreto. Eso sí, una vez que el alumno lo hace, la nota sale automáticamente sin necesidad de que el profesor lo corrija con una plantilla.
Como os digo, eso es sólo una muestra. Eso sí, una vez que al trabajo inicial está hecho, el aula virtual es una maravilla, tanto para profesores como para alumnos, y todo sacamos un provecho enorme de ella.
Por eso, si alguno de vosotros ha decidido empezar a estudiar o seguir estudiando, y tiene la suerte de poder tener una ayuda extra como ésta, sólo os pido que cuando falle (soy realista, y sé que fallan, unas veces por problemas en la conexión, otras por problemas en el servidor central, otras por algún fallo humano y alguna otra, sabe Dios por qué), además de despotricar, que estais en vuestro derecho, os acordeis de unas hormiguitas que han hecho que sea posible que eso funcione.
Y ahora, voy a seguir con mis contenidos. El día 13 empieza el curso.
P.D: La viñeta es del genial Mingote

Comentarios

  1. Mi marido (profe de informática), hace mucho tiempo que se pasó a temas "virtuales", y me arrastra con él a muchas cosas.
    Para empezar, ya ha conseguido que me enganche al maquinorro éste. Para seguir, pocas veces cojo el teléfono, ahora tengo el "Skype". Así que, cualquier cosa que sirva para ahorrar tiempo, dinero y papel, bienvenido sea.
    Yo de aulas virtuales no entiendo nada, pero si me hubiesen podido ahorrar el examen final oral de Derecho laboral, me habrían hecho un gran favor.

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  2. Pues mira, yo que siempre tiro hacia lo clásico y lo tradicional, le veo su puntito a ésto.

    No sé si hubiera servido para mis tiempos de estudiante (pude terminar gracias a los vigilantes y guardaespaldas que me puso mi padre) pero me gusta para mis hijos.

    En fin, que cuando algo falla ya sabemos de todo el mundo suele acordarse de la madre de alguien... pero también siempre habrá quien sepa apreciar lo que está bien hecho (que es, precisamente, cuando se quedan muy calladitos).


    (P.D. Titajú, guapa, no me recuerdes los exámenes orales, porfa).

    Salud.

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