Ya llegó el otoño


Ayer cambiamos de estación y lo sé, no porque lo digan en el Telediario con una precisión milimétrica, o porque empiece a refrescar por las noches y el sol se ponga cada vez más temprano ¡nooooooooooo! Esos detalles se nos pasan casi desapercibidos.
Lo que indica claramente los cambios de estación y en este momento la llegada del otoño son… ¡los anuncios de la tele!
Hay varios, pero a mí los que me dan la alerta son: el de El Corte Inglés con su Semana Fantástica y La Vuelta al Cole, pero sobre todo, sobre todo, los de coleccionables.
Esos anuncios con una letra pequeñísima que pasa muy rápido y si te da tiempo a leerla te das cuenta del pastón que te va a costar esa colección que tanto necesitas sobre: grandes batallas, maquetas de aviones, reproducciones en miniatura de motos y coches, indios y vaqueros, soldaditos de plomo, relojes antiguos, rosarios, ejemplares reales de mariposas, plumas estilográficas, abanicos (que digo yo, si ya llega el otoño y el frío ¿para que quiero un abanico?), casas de muñecas variadas, vajillas infantiles, naves de Star Wars, Princesas Disney, punto de cruz, fragancias de lujo, cursos de Pilates, Mil ideas de ganchillo…y quién sabe cuántas más.
Y yo me pregunto ¿por qué nos entra esa manía de coleccionar sólo en la época de otoño/invierno? Vale que hace peor tiempo, vale que pasaremos más horas en casa, pero también es cierto que en verano hay vacaciones y podemos hacer esas cosas que no hacemos el resto del año, y además, la tele en verano es un asco. Así que ¿por qué ese empeño insistente en el otoño?

De todos modos, confieso. Una vez compré el número uno de Las Hadas del Bosque y también ha caído algún que otro de libros. Eso sí, me niego a hacer la maqueta del Acorazado Bismarck.

Comentarios

  1. Calla, calla, que en aquesta fermosa casa estamos haciendo el coleccionable de la vajilla de"Tarta de Fresa", al módico precio de 6,95 euros el fascículo.
    No, no quiero saber cuantos fascículos son.

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