Nunca se acabarán los besos


Le dieron besos antes de conocerla. Pero la conocieron, y la nube de besos se convirtió en una tormenta. Aquella carita redonda y sonrosada que emitía un sonido parecido al de un gatito asustado era la imagen más bella del universo. Al principio eran besos suaves y dulces, caricias con los labios, no fuera a ser que se asustara más todavía. Pero a medida que los mofletes que recibían parte de esos besos iban creciendo, las caricias se hacían más y más profundas, más y más largas, más y más fuertes. Besos para dormir, besos al levantarse, besos para calmarse, besos porque sí.
Y llegó el día en que los besos al fin se volvieron recíprocos, porque que un gatito indefenso aprenda a besar es difícil, no es tan sólo pegar los labios a una cara, y por eso la tormenta se convirtió en un ciclón interminable.
Siempre hay motivo para besarla (aunque ver su cara mientras duerme es el mejor) pero también los hay para besos especiales: el primer día de guardería, el primer dibujo, las primeras letras, el primer día de cole de los mayores, las primeras notas, las buenas notas, los cumpleaños, santos y demás festividades, aceptar alegremente las decisiones de sus progenitores de apartarla de la vida que ha conocido para empezar una nueva…
Y hoy ha sido uno de esos días, de los de besos especiales. Porque empezar una nueva etapa de tu vida más sacrificada que te conducirá a la madurez, merece un aluvión de besos. Aunque para ella, no hacen falta motivos. Para ella nunca se acabarán los besos.

Comentarios

  1. Hoy tu bichito empezo 1º de E.S.O un curso algo más dificil que 6º de primaria pero seguro que me irá igual de bien porque tú con tu amor, tu cariño y tus besos siempre me apoyas y me das ánimos para salir adelante.

    ¡TE QUIERO MUCHO MAMI!

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  2. Cuando nació mi hija mayor, empecé a pintarme los labios para no estar todo el día achuchándola.
    cuando creció un poco y estuvo malita, cogió tal mamitis que me horrorizaba tenerla cerca: me agobiaba.
    Y ahora, con sus casi ocho añitos, su carita redondita me da ganas de morder, pero tiene dermatitis, y el médico me ha dicho que besos, los justos.
    Nunca se lo he dicho, pero quizás debería explicarle porqué soy tan cardo ahora (a veces).
    Quizás debería ser un poco más cariñosa.

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