El móvil


Hoy me ha vuelto a pasar. Alguien me ha llamado preguntándome porqué no le había contestado al mensaje de móvil que me envió el domingo.
Reconozco que no soy de esas personas enganchadas al móvil, que lo uso por necesidad y que, incomprensiblemente a estás alturas, no lo llevo en la mano cuando voy por la calle, ni colgado de una cinta permanentemente, ni lo dejo encima de la mesa cuando estoy comiendo en un restaurante. Cuando llego a casa, se suele quedar en el bolso, por lo que muchas veces no oigo el timbre de llamada. Si lo pongo en silencio cuando voy al cine, si es un viernes, puede quedarse así todo el fin de semana.
No lo utilizo si tengo cerca un teléfono fijo, y me niego a tener una Blackberry o algo que se le parezca para poder estar permanentemente recibiendo correos de trabajo. No llamo a mis amigos o a mi familia cada 2 horas para decir “Hola ¿qué tal?”, sobre todo en horas de trabajo, si no tengo algo importante que decirles. El hecho de llevar una cabina teléfonica en el bolsillo permanentemente no implica que tengamos que utilizarla para tonterías. Acaso se le ocurría antes a la gente llamar a sus parejas, familia o amigos al trabajo simplemente para ver como les iba el día. Pues eso.
Eso no quiere decir que sea antisocial, antipática, mala amiga, mala madre, mala pareja, o cualquier otro “mala…” que se os pueda ocurrir. Simplemente no soy una adicta al teléfono. Lo utilizo cuando lo tengo que utilizar, para trabajar y para comunicarme con los demás, eso sí cuando tengo algo que decir, si no, mejor me callo.
Aclarado esto, debo decir que soy una persona educada y que respondo siempre a las llamadas (si las oigo, claro) y a los mensajes que me envía la gente. Por eso me sorprendo mucho cuando alguién me pregunta por qué no le respondo a algo que yo no recibo. Y esa es mi duda existencial ¿A dónde van esos mensajes que alguien envía y el destinatario no recibe?.¿ Los recibe otro destinatario?¿Se quedan en el ciber espacio?¿Los recibiremos alguna vez, como pasa en ocasiones con las cartas de correos, años más tarde?
Si alguien lo sabe, por favor, que me lo explique. Ahora os dejo, que me llaman al móvil.

Comentarios

  1. Odio el móvil.
    Es decir, sé que es útil, necesario si tienes niños e indispensable si vas de vacaciones.
    Yo tengo un nokia prehistórico (tiene 8 años) y el año pasado se estropeó. Fui a comprar uno nuevo y yo sólo quería un móvil, ni bluetooth, ni cámara ni chat ni gaitas, y claro, no existe. Por suerte pude rescatar el mío.
    Es insolente, maleducado, estridente e inoportuno.
    Y me niego a que maneje mi vida.

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  2. Ja, ja, ja...
    Son más de 20 años de práctica diaria, intensiva y a veces excesiva.
    Por cierto, bienvenida a mi blog. Puedes entrar hasta la concina cuando quieras y sin llamar.

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