De mis poetas invitados
Hoy el día ha empezado con la noticia de la muerte de Labordeta. Se acaba así una semana de altibajos, de idas y venidas, de risas, de agobios, de sobresaltos, de celebraciones con ese club de Los llamadores de ángeles, que en realidad no debía llamarse así, porque los ángeles son ellas, y de momentos de serenidad gracias a las conversaciones con amigas delante de un café y a largas conversaciones por teléfono con amigos de los de verdad, a pesar de la distancia.
La semana que viene será una semana de trabajo intenso en Madrid, así que este espacio estará un poco vacío, al menos hasta el viernes, y por eso os dejo un poema de un diputado atípico, del hombre que en su mochila llevaba a todo un país, de un poeta, un cantautor, pero sobre todo, un profesor. Le recordaremos.
Se vuelve siempre
Se vuelve siempre
a la ojeriza de los atardeceres,
La lentitud de las noches
y al amargo sabor
de los amaneceres:
Se vive, al fin y al cabo
La semana que viene será una semana de trabajo intenso en Madrid, así que este espacio estará un poco vacío, al menos hasta el viernes, y por eso os dejo un poema de un diputado atípico, del hombre que en su mochila llevaba a todo un país, de un poeta, un cantautor, pero sobre todo, un profesor. Le recordaremos.
Se vuelve siempre
Se vuelve siempre
a la ojeriza de los atardeceres,
La lentitud de las noches
y al amargo sabor
de los amaneceres:
Se vive, al fin y al cabo
Me alegro de que l@s amig@s te aporten serenidad y tranquilidad!!!! Un besiño Pili, y pasa buena semana
ResponderEliminarPues sí, Moni, te echamos de menos, y por cierto, muchas gracias.
ResponderEliminarParece ser que muchas personas simpatizaban con Labordeta. Más que su música, me gustaba su mochila. Ten por seguro que será bien recordado.
ResponderEliminarQuédate con las amigas, mujer, no trabajes tanto... ;-)
Mucho ánimo, compa PMM, que la semana te sea leve, y que el regusto de esos buenos momentos amistosos de la pasada te sea duradero para ésta.
ResponderEliminarUn abrazo y buena semana.
P.S. una pena lo de Labordeta; y penoso el espectáculo de tantos que lo ningunearon e ignoraron en vida, y ahora, en el momento de su muerte, se dan golpes de pecho y echan lágrimas de cocodrilo. Pero me temo que eso es poco evitable: circo mediático, exigencias de guión; en fin...
Se nos ha ido una persona necesaria.
ResponderEliminarEcharemos de menos sus múltiples facetas públicas y especialmente su serenidad, sencillez y sentido común casi irrefutable.
saludos y buena semana
Yo como Matapollos...lo conozco más por su mochila. Pasa buenos días por la capital y vuelve con fuerzas que los "llamadores de ángeles" llaman en cualquier momento. Besos
ResponderEliminarBueno, esta es la tercera vez que intento comentar...si sale bien y si no, arranco yo con la mochila...
ResponderEliminarQue cuando quieras repetimos, que a mi me sientan de bien igual que a ti ;-)
Un besiño.
Si, es una pena que se tenga que ir según qué gente...
ResponderEliminarEspero que te vaya bonito, qué suerte tener gente querida tan cerca.
Un supersaludo